Comencé a tener problemas digestivos serios, acudía al médico pero no se conseguía descubrir una causa. La leche, el vino, postres... cualquier cosa me sentaba mal, se me hacía un nudo en el estómago y tenía unas digestiones horribles incluso en ocasiones acaba vomitando. Perdí mucho peso, no tenía ánimo de nada, llegué a tomar ansiolíticos.

Mi yerno me animó a probar terapias alternativas y contactamos con iNara. Me programaron una consulta con Juan, acudí a su consulta, me tumbé en una camilla, cerré los ojos y me relajé. Estuvimos hora y media, él me hacía de vez en cuando alguna pregunta y tomaba notas pero la mayor parte del tiempo le notaba haciendo movimientos alrededor de mí.

Me revelaron que el origen del problema, una preocupación constante por la situación familiar que me perseguía hace tiempo. Fui consciente de ello e inmediatamente comprendí el proceso emocional.

 

Hablamos del tema en profundidad, todo tenía sentido. Salí de allí nueva.

Lo más increíble es que según llegué a casa tomé lo que peor me sentaba que era la leche... y por primera vez en meses me sentó bien. No he vuelto a tener el problema. ¡En solo una sesión!

Es difícil describir lo simple y natural de la experiencia. Hay que vivirla.

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